miércoles, agosto 30, 2006

Los diez necios que penaban por la pérdida del décimo de ellos que jamás se perdió


Los diez necios vadearon una corriente de agua y al alcanzar la otra orilla quisieron cerciorarse de que todos ellos habían cruzado efectivamente sanos y salvos la corriente. Uno de los diez comenzó a contar, pero mientras contó a los otros se dejó a sí mismo fuera. "Yo veo solamente nueve; cierto, hemos perido a uno. ¿Quién puede ser?", dijo. "¿Has contado correctamente?", preguntó otro, e hizo el recuento él mismo. Pero él también contó solamente nueve. Uno tras otro cada uno de los diez contó solamente nueve, omitiéndose a sí mismo. "Nosotros somos solamente nueve", estuvieron de acuerdo todos, "¿pero quién es el que falta?", se preguntaban. Todos los esfuerzos que hicieron para descubrir al individuo "desaparecido" fracasaron. "Quienquiera que sea se ha ahogado", dijo el más sentimental de los diez necios, "lo hemos perdido": Diciendo esto estalló en lágrimas y los otros le siguieron.
Viéndolos llorar a la orilla del río, un compadecido viajero preguntó por la causa. Ellos le contaron lo que había ocurrido y le dijeron que incluso después de contarse entre sí mismos varias veces no pudieron encontrar más que nueve. Al oír la historia, y viéndolos a los diez delante de él, el viajero adivinó lo que había ocurrido. A fin de hacerles saber por sí mismos que eran realmente diez, que todos ellos habían sobrevivido a la travesía, les habló así: "Que cada uno de ustedes cuente por sí mismo pero uno después de otro en serie, uno, dos, tres y así sucesivamente, mientras yo les daré a cada uno de ustedes una cachetada a fin de que todos ustedes puedan estar seguros de haber sido incluidos en la cuenta, e incluidos solamente una vez. Entonces será encontrado el décimo hombre que falta". Oyendo esto se regocijaron ante la perspectiva de encontrar a su camarada "perdido" y aceptaron el método sugerido por el viajero.
Mientras el buen viajero daba una cachetada a cada uno de los diez por turno, el que recibía el golpe se contaba a sí mismo en voz alta. "Diez", dijo el último hombre que recibió el último golpe en su turno. Desconcertados se miraron unos a otros. "Nosotros somos diez", dijeron a una sola voz y le dieron las gracias al viajero por haberles quitado su aflicción.
Ésta es la parábola. ¿De dónde vino el décimo hombre? ¿Estuvo perdido alguna vez? Al saber que había estado allí todo el rato, ¿aprendieron algo nuevo? La causa de su aflicción no era la pérdida real de nadie, era su propia ignorancia, o más bien su mera suposición de que uno de ellos se había perdido.
Tal es el caso de usted. Verdaderamente no hay ninguna causa para que usted sea miserable e infeliz. Usted mismo impone limitaciones a su verdadera naturaleza de ser infinito, y entonces llora porque usted es sólo una criatura finita. Entonces usted emprende ésta o aquella práctica espiritual para trascender las limitaciones no existentes. Pero si su práctica espiritual misma asume la existencia de las limitaciones, ¿cómo puede ayudarle a usted a trascenderlas? Su ignorancia es una ignorancia imaginaria. Sepa entonces que el verdadero conocimiento no crea un ser nuevo para usted, solamente disuelve su ignorancia. La felicidad tampoco viene a agregarse a su naturaleza, meramente se revela como su verdadero estado natural, eterno e imperecedero.
Sri Ramana Maharshi

lunes, agosto 28, 2006

Sea lo que usted es.



El estado que llamamos realización es simplemente ser uno mismo, no conocer algo o llegar a ser algo. Todo lo que se necesita es que usted abandone su aceptación de lo no-verdadero como verdadero, desestimar ser consciente de las demás cosas. Sepa que la multitud de las diferencias objetivas no son reales sino meras sobreimposiciones sobre el Sí mismo, el cual es la forma del verdero conocimiento.
Es falso hablar de realización, ¿qué hay que realizar? Lo real es como siempre. Nosotros no estamos creando nada nuevo u obteniendo algo que no tuviéramos antes. La ilustración dada en los libros es ésta: nosotros cavamos un pozo y creamos un enorme hoyo. El espacio en el hoyo o pozo no ha sido creado por nosotros. Nosotros sólo hemos quitado la tierra que estaba llenando el espacio allí. El espacio estaba allí entonces y está también allí ahora.
Cuando usted dice: "he tenido un sueño; dormí profundamente; estoy despierto", usted debe admitir que usted ha estado presente en los tres estados. El estado de vigilia deviene oculto en el estado de sueño con sueños; y el estado de sueño con sueños desaparece cuando usted está en el sueño profundo. Los tres estados vienen y van pero usted está siempre presente. Aunque durante el sueño profundo y en otros estados no hay ninguna sensación del ego, ese Sí mismo permanece sin atributos, y continúa brillando por sí mismo. Podemos ponerlo más o menos así. La existencia o consciencia es la única realidad. A la consciencia más la vigilia, la llamamos vigilia. A la consciencia más el sueño progundo la llamamos sueño profundo. A la consciencia más el sueño con sueños lo llamamos sueño con sueños. La consciencia es la pantalla sobre la cual todas las imágenes vienen y van. La pantalla es real, las imágenes son meras sombras sobre ella.
No hay ninguna diferencia entre el estado de sueño con sueños y el estado de vigilia, excepto que el sueño es corto y la vigilia es larga. Ambos son el resultado de la mente. Debido a que el estado de vigilia es largo, nosotros imaginamos que es nuestro estado real.
La mente vuelta hacia adentro es el Sí mismo; vuelta hacia afuera, deviene el ego y la totalidad del mundo. Al algodón convertido en diferentes vestidos lo llamamos por diferentes nombres. El uno es real, los muchos son meros nombres y formas. El Sí mismo existe sin la mente, la mente jamás sin el Sí mismo.
Si un hombre piensa que su felicidad se debe a causas externas y a sus posesiones, es razonable concluir que su felicidad debe aumentar con el aumento de sus posesiones y disminuir en proporción a su disminución. Por lo tanto, si está desprovisto de posesiones, su felicidad debe ser nula. ¿Cuál es la experiencia real del hombre? ¿Se conforma a este punto de vista?
En el sueño profundo el hombre está desprovisto de posesiones, incluida la de su propio cuerpo. En lugar de ser infeliz es completamente dichoso. Todo el mundo desea dormir profundamente. La conclusión es que la felicidad es inherente en el hombre y que no se debe a causas externas. Uno debe realizar el Sí mismo a fin de abrir el almacén de la dicha completa.
Sri Ramana Maharshi

martes, agosto 22, 2006

El Monte Lu en lluvia y niebla; el Río Che muy crecido.
Antes de que fuera allí, no cesaba el dolor del deseo.
Fui allí y retorné... No fue nada especial:
el Monte Lu en lluvia y niebla; el Río Che muy crecido.
Viejo poema chino.

miércoles, agosto 16, 2006

TATHATA

El Mahayana [Buddhismo del Gran Vehículo] tiene otro medio para designar la realidad, que es quizá mejor que sunya, el vacío. Tal es la palabra tathata, que podemos traducir como "ser tal", "ser así", o "ser eso". La palabra sánscrita tat (de donde viene la voz inglesa that, "eso") probablemente se basa en los primeros esfuerzos del niño que comienza a hablar y señala algo diciendo "Ta" o "Da". (Lo que induce a los padres de habla inglesa a creer que el niño los llama por su nombre: "Dada" o "Daddy"). Pero acaso el niño sólo expresa su reconocimiento de la existencia del mundo y dice: "¡Eso!". Cuando no deicmos más que "Eso" o "Así" señalamos el reino de la experiencia no verbal, a la realidad tal como la percibimos directamente, porque tratamos de indicar lo que vemos o sentimos más bien que lo que pensamos o decimos. Tathata por tanto indica el mundo tal como es, sin cubiertas ni divisiones de símbolos y definiciones del pensamiento. Apunta a lo concreto y real, a diferencia de lo abstracto y conceptual. Un Buddha es un Tathagata, uno que "anda así" porque ha despertado a este mundo primario y no conceptual que no puede expresarse en palabras y no lo confunde con ideas como las de ser o no ser, bueno o malo, pasado o futuro, aquí o allí, móvil o quieto, permanente o no permanente.
El camino del Zen

Todo es Mente

Como lo que al Buddhismo más le interesa es el reino de la experiencia, y este reino no es lógico y carece de significado, en el sentido de que no significa ni simboliza nada distinto de sí mismo, no hay ninguna objeción contra términos "sin sentido".
Desde el punto de vista lógico la proposición "Todo es mente" no dice más que la que afirma que todo es todo. Porque si no hay nada que no sea mente, esta palabra no pertenece a ninguna clase y carece de límites, es decir, no se la puede definir. La función de estos términos... es llamar la atención sobre el hecho de que la lógica y el sentido, con su inherente dualidad, son propiedades del pensamiento y del lenguaje pero no del mundo real. El mundo concreto, no verbal, no contiene clases ni símbolos que signifiquen o quieran decir otra cosa que sí mismos.
El camino del Zen

E OJO DE PRAJNA Y NAGARJUNA

Llega el momento en que se comprende claramente que todos nuestros actos intencionales (deseos, ideales, estratagemas) son vanos. En todo el universo, por dentro y por fuera, no hay nada a que podamos aferrarnos ni nadie que pueda aferrarse a nada. Esto ha sido descubierto por la clara conciencia de todo lo que parecía ofrecer una solución o constituir una realidad estable, mediante la sabiduría intuitiva llamada prajna, que percibe íntimamente el carácter relacional de todas las cosas. El "ojo de prajna" ve la situación humana tal como es: un apagar la sed con agua salada, un agarrar objetos que el rápido correr del tiempo torna tan insubstanciales como la niebla. Hasta aquel que persigue, que ve, sabe y desea, el sujeto íntimo, existe sólo en relación con los efímeros objetos de su búsqueda. Percibe que la mano con que apresa el mundo es un nudo corredizo en torno de su propio cuello, y que apresa y mata la propia vida que tanto desea alcanzar. Y no hay salida, no hay modo de soltarse, que uno pueda adoptar mediante un esfuerzo, por una decisión de la voluntad... Pero, ¿quién es el que quiere salir?
Hay un momento en el que esta conciencia de la ineludible trampa en la que somos al mismo tiempo el trampero y el atrapado llega a su límite. Casi podría decirse que "madura" y que de repente ocurre lo que el Lankavatara Sutra llama "un giro en el más profundo asiento de la conciencia". En este momento desaparece toda sensación de opresión y el capullo que el gusano había tejido en torno suyo se abre para dejarlo salir alado como una mariposa. Esa peculiar ansiedad, que Kierkegaard ha visto muy bien como característica radical del alma del hombre común, ya no existe. Ya no hacen falta planes, ideales, ambiciones y autoapaciguamientos porque ahora es posible vivir espontáneamente sin tratar de ser espontáneo. En realidad no hay alternativa, porque ahora se advierte que nunca hubo ningún yo que pudiera controlar al yo.
Reducido a sus términos esenciales, tal es el proceso interno que el Sunyavada trata de poner en movimiento con su filosofía de la negación total. Así, la mayor parte de la obra de Nagarjuna consistió en una refutación lógica y sistemática de toda posición filosófica de la India de su tiempo. Admitiendo que su objeto es una experiencia interna, los estudiosos occidentales siempre han tenido dificultad en comprender cómo un punto de vista tan puramente negativo podría tener consecuencias creadoras. Hay que repetir, por tanto, que las negaciones se aplican a nuestras ideas acerca de la realidad, no a la realidad misma. El contenido positivo y creador del Sunyavada no está en la filosofía misma sino en la nueva visión de la realidad que se revela cuando ha cumplido su tarea, y Nagarjuna no echa a perder esta visión tratando de describirla.
El camino del Zen

lunes, agosto 14, 2006

No mente

...O falta de autoconsciencia. Es un estado de plenitud en el que la mente funciona libre y fácilmente, sin la sensación de una segunda mente o ego que la enfrenta con un palo. Si el hombre común es aquel que tiene que caminar levantando sus piernas con las manos, el taoísta es aquel que ha aprendido a dejar que sus piernas caminen solas.
El niño mira las cosas todo el día sin pestañear; ello es así porque sus ojos no están enfocados en ningún objeto particular. Anda sin saber adonde va, y se detiene sin saber qué está haciendo. Se confunde con lo que lo rodea y se mueve llevándolo consigo. Estos son los principios de la higiene mental.

miércoles, agosto 09, 2006

Anécdotas zen


Hui-k'o pidió a Bodhidharma una y otra vez que lo instruyera, pero siempre era rechazado. Sin embargo, continuó sentado meditando fuera de la caverna esperando pacientemente en la nieve con la esperanza de que Bodhidharma por último cediera. Desesperado, al final se cortó su brazo izquierdo y se lo presentó a Bodhidharma como testimonio de su angustiada sinceridad. Entonces Bodhidharma por fin le preguntó qué quería.
-No tengo paz en mi espíritu -dijo Hui k'o-. Te ruego que lo pacifiques.
-Trae tu espíritu aquí y ponlo ante mí -replicó Bodhidharma- y te lo apaciguaré.
-Pero cuando busco mi espíritu no lo encuentro -dijo Hui- k'o.
-Ahí tienes -replicó en seguida Bodhidharma-. Ya he apaciguado tu espíritu.
***
La mayor parte de la literatura zen consiste en estas anécdotas, muchas de ellas mucho más enigmáticas que ésta. Su finalidad es siempre precipitar en la mente del que pregunta cierto tipo de súbita conciencia, o poner a prueba la hondura de su penetración. Por ello estas anécdotas no pueden ser explicadas sin echar a perder su efecto. En algunos aspectos son como los chistes que no produden el efecto buscado cuando para que produzcan risa hay que explicarlos. Hay que comprenderlos en seguida o nada.
***
Tao-hsin preguntó s Seng-ts'an:
-¿Cuál es el método de la liberación?
-¿Quién te tiene atado? -replicó Seng-ts'an.
-Nadie me tiene atado.
-Entonces -preguntó Seng-ts'an- ¿por qué buscas liberarte?
El camino del Zen

martes, agosto 08, 2006

El Tao perfecto

El Tao perfecto carece de dificultad,
salvo que evita el eleguir y escoger
Seng-ts'an

¿Qué es el Buddha?

El monje Hsüan-tzu le dijo a Fa-yen que cuando él le había preguntado a su maestro "¿Qué es el buddha?", había recibido esta respuesta: "Ping-ting T'ung-tzu viene a buscar fuego".
-¡Buena respuesta! -dijo Fa-yen-. Pero estoy seguro de que no la comprendes.
-Ping-ting -explicó el monje- es el dios del fuego. Que él busque el fuego es como que yo busque al Buddha. Yo ya soy el Buddha, y no hay nada que pedir.
-¡Justo lo que pensaba! -rió Fa-yen-. No lo entendiste.
El monje quedó tan ofendido que abandonó el monasterio; pero luego se arrepintió y regresó, pidiendo humildemente instrucción.
-Pregúntame -dijo Fa-yen.
-¿Qué es el Buddha? -inquirió el monje.
-¡Ping-ting T'ung-tzu viene a buscar fuego!

Lo impermanente

La insistencia con que el Hinduismo y el Budismo hablan del carácter no permanente del mundo no tiene la significación pesimista y nihilista que los críticos occidentales normalmente le atribuyen. La transitoriedad es deprimente sólo para el espíritu que se empeña en aferrarse a ella. Pero para la mente que deja que las cosas sigan su curso y que se mueve con el flujo del cambio -que en la metáfora del Budismo zen se convierte en algo similar a una pelota en un arroyo de montaña-, el sentido de lo transitorio y de lo vacío se vuelve una especie de éxtasis. Por esta razón tanto en Oriente como en Occidente la impermanencia es a menudo tema de la poesía más profunda y conmovedora. Tanto es así que el esplendor del cambio relumbra aun cuando el poeta paraece lamentarlo más.
El mañana y el mañana y el mañana
avanzan a pequeños pasos, de día en día,
hasta la última sílaba del tiempo recordable
y todos nuestros ayeres han alumbrado a locos
el camino hacia el polvo de la muerte.
¡Extínguete, extínguete, fugaz antorcha!
La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico
que se pavonea y agita una hora sobre la escena,
y después no se le oye... Un cuento
narrado por un idiota con gran aparto,
y que nada significa...
[Shakespeare: Macbeth V, v]
Allan W. Watts

El verdadero revolucionario

La verdad no es para aquellos que son respetables, ni para aquellos que deseen su propia expansión, su propia realización. La veradad no es para los que están buscando seguridad, permanencia, porque la permanencia que buscan no es sino lo opuesto de la impermanencia. Estando atrapados en la red del tiempo, buscan lo permanente, pero lo permanente que buscan no es lo real, ya que es producto de su pensamiento. Por lo tanto, el hombre que quiera descubrir la realidad, debe dejar de buscar, lo cual no quiere decir que deba contentarse con lo que es. Por el contrario, un hombre empeñado en el descubrimiento de la verdad, debe ser internamente un revolucionario completo. No puede pertenecer a ninguna clase social, a ninguna nación, a ningún grupo, a ninguna ideología o religión organizada, porque la verdad no se encuentra en el templo ni en la iglesia, no pude hallársela en las cosas hechas por la mano o por la mente. La verdad se manifiesta sólo cuando las cosas de la mano o de la mente son puestas a un lado, y poner a un lado las cosas de la mano o de la mente no es una cuestión de tiempo. La verdad llega a quien está libre del tiempo, a quien no usa el tiempo como un medio de expansión propia. El tiempo implica memoria del ayer, memoria de mi familia, de mi raza, de mi carácter particular, de la acumulación de experiencias propias que componen el "yo" y "lo mío".
Krishnamurti

sábado, agosto 05, 2006

La verdad de instante en instante



La verdad no puede ser acumulada. Lo que se acumula es siempre destruido; se marchita. La verdad no puede marchitarse jamás, porque sólo podemos dar con ella de instante en instante, en cada pensamiento, en cada relación, en cada palabra, en cada gesto, en una sonrisa, en las lágrimas. Y si usted y yo podemos encontrar esa verdad y vivirla -el vivirla mismo es el encontrarla-, entonces no nos volveremos propagandistas; seremos seres humanos creativos, no seres humanos "perfectos" sino seres humanos creativos, lo cual es inmensamente distinto.
Krishnamurti
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