lunes, junio 30, 2008


Hui-k'o pidió a Bodhidharma una y otra vez que lo instruyera, pero siempre era rechazado. Sin embargo, continuó sentado meditando fuera de la caverna esperando pacientemente en la nieve con la esperanza de que Bodhidharma por último cediera. Desesperado, al final se cortó su brazo izquierdo y se lo presentó a Bodhidharma como testimonio de su angustiada sinceridad. Entonces Bodhidharma por fin le preguntó qué quería.
-No tengo paz en mi espíritu -dijo Hui k'o-. Te ruego que lo pacifiques.
-Trae tu espíritu aquí y ponlo ante mí -replicó Bodhidharma- y te lo apaciguaré.
-Pero cuando busco mi espíritu no lo encuentro -dijo Hui- k'o.
-Ahí tienes -replicó en seguida Bodhidharma-. Ya he apaciguado tu espíritu.

domingo, junio 29, 2008

¿Qué es el Budha?


El monje Hsüan-tzu le dijo a Fa-yen que cuando él le había preguntado a su maestro "¿Qué es el buddha?", había recibido esta respuesta: "Ping-ting T'ung-tzu viene a buscar fuego".-¡Buena respuesta! -dijo Fa-yen-. Pero estoy seguro de que no la comprendes.
-Ping-ting -explicó el monje- es el dios del fuego. Que él busque el fuego es como que yo busque al Buddha. Yo ya soy el Buddha, y no hay nada que pedir.
-¡Justo lo que pensaba! -rió Fa-yen-. No lo entendiste.
El monje quedó tan ofendido que abandonó el monasterio; pero luego se arrepintió y regresó, pidiendo humildemente instrucción.
-Pregúntame -dijo Fa-yen.
-¿Qué es el Buddha? -inquirió el monje.
-¡Ping-ting T'ung-tzu viene a buscar fuego!

sábado, junio 28, 2008


Si el hombre común es aquel que tiene que caminar levantando sus piernas con las manos, el taoísta es aquel que ha aprendido a dejar que sus piernas caminen solas.

viernes, junio 27, 2008

Los diez necios que penaban por la pérdida del décimo de ellos que jamás se perdió


Los diez necios vadearon una corriente de agua y al alcanzar la otra orilla quisieron cerciorarse de que todos ellos habían cruzado efectivamente sanos y salvos la corriente. Uno de los diez comenzó a contar, pero mientras contó a los otros se dejó a sí mismo fuera. "Yo veo solamente nueve; cierto, hemos perido a uno. ¿Quién puede ser?", dijo. "¿Has contado correctamente?", preguntó otro, e hizo el recuento él mismo. Pero él también contó solamente nueve. Uno tras otro cada uno de los diez contó solamente nueve, omitiéndose a sí mismo. "Nosotros somos solamente nueve", estuvieron de acuerdo todos, "¿pero quién es el que falta?", se preguntaban. Todos los esfuerzos que hicieron para descubrir al individuo "desaparecido" fracasaron. "Quienquiera que sea se ha ahogado", dijo el más sentimental de los diez necios, "lo hemos perdido": Diciendo esto estalló en lágrimas y los otros le siguieron.
Viéndolos llorar a la orilla del río, un compadecido viajero preguntó por la causa. Ellos le contaron lo que había ocurrido y le dijeron que incluso después de contarse entre sí mismos varias veces no pudieron encontrar más que nueve. Al oír la historia, y viéndolos a los diez delante de él, el viajero adivinó lo que había ocurrido. A fin de hacerles saber por sí mismos que eran realmente diez, que todos ellos habían sobrevivido a la travesía, les habló así: "Que cada uno de ustedes cuente por sí mismo pero uno después de otro en serie, uno, dos, tres y así sucesivamente, mientras yo les daré a cada uno de ustedes una cachetada a fin de que todos ustedes puedan estar seguros de haber sido incluidos en la cuenta, e incluidos solamente una vez. Entonces será encontrado el décimo hombre que falta". Oyendo esto se regocijaron ante la perspectiva de encontrar a su camarada "perdido" y aceptaron el método sugerido por el viajero.
Mientras el buen viajero daba una cachetada a cada uno de los diez por turno, el que recibía el golpe se contaba a sí mismo en voz alta. "Diez", dijo el último hombre que recibió el último golpe en su turno. Desconcertados se miraron unos a otros. "Nosotros somos diez", dijeron a una sola voz y le dieron las gracias al viajero por haberles quitado su aflicción.
Ésta es la parábola. ¿De dónde vino el décimo hombre? ¿Estuvo perdido alguna vez? Al saber que había estado allí todo el rato, ¿aprendieron algo nuevo? La causa de su aflicción no era la pérdida real de nadie, era su propia ignorancia, o más bien su mera suposición de que uno de ellos se había perdido.
Tal es el caso de usted. Verdaderamente no hay ninguna causa para que usted sea miserable e infeliz. Usted mismo impone limitaciones a su verdadera naturaleza de ser infinito, y entonces llora porque usted es sólo una criatura finita. Entonces usted emprende ésta o aquella práctica espiritual para trascender las limitaciones no existentes. Pero si su práctica espiritual misma asume la existencia de las limitaciones, ¿cómo puede ayudarle a usted a trascenderlas? Su ignorancia es una ignorancia imaginaria. Sepa entonces que el verdadero conocimiento no crea un ser nuevo para usted, solamente disuelve su ignorancia. La felicidad tampoco viene a agregarse a su naturaleza, meramente se revela como su verdadero estado natural, eterno e imperecedero.
Sri Ramana Maharshi

miércoles, junio 25, 2008

TRAVESURAS DEL PENSAMIENTO NO ILUMINADO


Imagine que un hombre moderno hubiese sido Arjuna, puesto en medio de los ejércitos de los pandavas y kuravas. Imagine que, al igual que Arjuna, ese hombre también hubiera dicho al señor Krishna “¡No lucharé!” Hasta ahí, todo igual que en la historia. La diferencia es que cuando Krishna le hubiera preguntado al hombre moderno la razón por la que no lucharía, éste hubiese respondido algo así como: “Porque hace tan sólo un momento me abollaron mi cochecito, y no puedo ir a la lucha en un cochecito todo abollado, ¡mira cómo se ve de feo!; además no puedo dejar de pensar en ello, ¡con lo caro que me costó!”. Y Krishna le hubiera respondido: “Pero, Arjuna, si sólo es una pequeña abolladura, ¿qué importancia tiene ese pequeño rasponazo en comparación con la grandiosa lucha que te espera?”.
Pero el hombre moderno, encarnado en Arjuna, ni siquiera le prestaría atención, y comenzaría a rezar su letanía de condicionales: “ ¡Si me hubiera mantenido lejos de los cascos de ese maldito caballo! ¡Si no me hubieses llamado con tanta insistencia! ¡Si me hubiera venido en el coche viejo! ¡Si hubiera tomado otro camino! Lo peor es que no está asegurado mi carrito. ¡Qué dirán mis compañeros al verlo abollado! Se burlarán de mí. ¡Esto no pudo haber sucedido!, ¡me niego a aceptarlo!”.
Ya para ese momento el señor Krishna se habría separado del lado del Arjuna moderno, ahorrándose escuchar los gritos de victoria del ejército de los kuravas.

martes, junio 17, 2008

"Si la historia de la humanidad fuera la historia clínica de un solo ser humano, el diagnóstico sería el siguiente: desórdenes crónicos de tipo paranoide, propensión patológica a cometer asesinato y actos de violencia y crueldad extremas contra sus supuestos 'enemigos', su proia inconciencia proyectada hacia el exterior; demencia criminal, con unos pocos intervalos de lucidez".

Eckhart Tolle, Una nueva tierra.
Por cierto que si alguien desea el libro me puede escribir a elmauriz@gmail.com, o lo pude comprar en formato impreso en http://www.namastepublishing.com/

jueves, junio 12, 2008

LIBRO MUY RECOMENDADO...


De Eckhart Tolle: "Una nueva tierra".
También de él "El poder del ahora".

sábado, junio 07, 2008

Eckart Tolle (EL PODER DEL AHORA)

jueves, junio 05, 2008

¡Oh, hombre! Búscate a ti mismo y te encontrarás. Abre los ojos de tu hombre interior y aprende a ver correctamente.
Esta es la noble piedra preciosa, la piedra filosofal, que los sabios encuentran. Oh, tú, brillante corona de perlas, ¿no eres más resplandeciente que el sol? No hay nada como tú; estás tan manifiesta y sin embargo tan escondida, que entre miles en este mundo, apenas si hay quien debidamente te conoce. Y eres llevada por muchos que no te conocen.
Jacobo Boehme

miércoles, junio 04, 2008

Poder usar y abstenerse, es poder dos veces.
Eliphas Levi
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