"Todos nosotros somos criaturas tan minúsculas y desagradables que es preciso una prolongada observación de sí para ver que somos realmente ridículos en nuestra vanidad, en nuestro orgullo. Me imagino que algunas personas creen poseer un maravilloso don que pueden otorgar a los otros. Pero ¿qué es ese maravilloso don que las gentes quieren otorgar a los otros? ¿Se han preguntado alguna vez qué tienen de valor en ustedes mismos para que pudiera ser aceptado por otra persona? Creo que después de pasar un tiempo en el Trabajo la gente se vuelve más sencilla a este respecto. ¿Y por qué es así? Porque empiezan a observarse realmente a sí mismas en lugar de imaginar que son lo que creen ser. Ven que el abismo que existe entre lo que imaginan ser y lo que son es muy profundo".
Maurice Nicoll.
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