Lo no significante
Pregunta: en su Diario, se muestra extremadamente severo con una parte de la literatura y del arte modernos. Coloca en la misma categoría el nihilismo filosófico, el anarquismo político o moral y el arte no significante.
—Lo no significante me parece antihumano por excelencia.
Ser hombre es lo mismo que buscar la significación, el valor; inventarlo, proyectarlo, reinventarlo. De ahí que el triunfo de lo no significante, en algunos sectores del arte moderno, me parezca una rebelión contra el hombre. Todo es sequedad, esterilización. Y un tedio enorme. Acepto la esterilidad, el tedio, la monotonía, pero sólo como ejercicio espiritual, como preparación para una contemplación mística. En este caso, todo ello adquiere un sentido. Pero proponer lo no significativo como objeto de «contemplación» y de fruición estética, es cosa que no acepto, algo contra lo que me sublevo. Comprendo que muchas veces se trata de un grito de alarma lanzado por ciertos artistas contra la insignificancia de la existencia moderna. Pero repetir hasta el infinito ese mensaje y acrecentar lo no significante es algo cuyo interés no alcanzo a ver.
P: También rechaza la fealdad en el arte. Pienso en lo que dice de Francis Bacon, por ejemplo.
—Entiendo muy bien por qué ha elegido la fealdad como objeto de su creación plástica. Pero al mismo tiempo me resisto a esa fealdad justamente porque la vemos en todas partes, en torno a nosotros, ahora más que nunca... ¿Por qué añadir fealdad a esa fealdad universal en la que cada día nos vemos un poco más inmersos?
—Lo no significante me parece antihumano por excelencia.
Ser hombre es lo mismo que buscar la significación, el valor; inventarlo, proyectarlo, reinventarlo. De ahí que el triunfo de lo no significante, en algunos sectores del arte moderno, me parezca una rebelión contra el hombre. Todo es sequedad, esterilización. Y un tedio enorme. Acepto la esterilidad, el tedio, la monotonía, pero sólo como ejercicio espiritual, como preparación para una contemplación mística. En este caso, todo ello adquiere un sentido. Pero proponer lo no significativo como objeto de «contemplación» y de fruición estética, es cosa que no acepto, algo contra lo que me sublevo. Comprendo que muchas veces se trata de un grito de alarma lanzado por ciertos artistas contra la insignificancia de la existencia moderna. Pero repetir hasta el infinito ese mensaje y acrecentar lo no significante es algo cuyo interés no alcanzo a ver.
P: También rechaza la fealdad en el arte. Pienso en lo que dice de Francis Bacon, por ejemplo.
—Entiendo muy bien por qué ha elegido la fealdad como objeto de su creación plástica. Pero al mismo tiempo me resisto a esa fealdad justamente porque la vemos en todas partes, en torno a nosotros, ahora más que nunca... ¿Por qué añadir fealdad a esa fealdad universal en la que cada día nos vemos un poco más inmersos?
La prueba del laberinto
Mircea Elíade
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home