miércoles, octubre 25, 2006

Las cosas que dependen de nosotros

En cuanto a todas las cosas que existen en el mundo, unas dependen de nosotros, otras no dependen de nosotros. De nosotros dependen nuestras opiniones, nuestros movimientos, nuestros deseos, nuestras inclinaciones, nuestras aversiones; en una palabra, todas nuestras acciones.
Las cosas que no dependen de nosotros son el cuerpo, los bienes, la reputación, la honra; en una palabra, todo lo que no es nuestra propia acción.
Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres, nada puede detenerlas ni obstaculizarlas; las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas.
Recuerda pues que si tú crees libres a las cosas por naturaleza esclavas, y propias a las que dependen de otro, encontrarás obstáculos a cada paso, estarás afligido, alterado, e increparás a Dios y a los hombres. En cambio, si tú tienes como propio lo que te pertenece, y lo ajeno como de otro, nunca nadie te forzará a hacer lo que no quieres ni te impedirá hacer lo que quieres. No increparás a nadie ni acusarás a persona alguna...
Aspirando entonces a tan grandes bienes, recuerda que tú no debes trabajar mediocremente para lograrlos, y que en lo que concierne a las cosas exteriores, debes enteramente renunciar a algunas y diferir otras. Pues si buscas armonizar las propias y las ajenas y ambicionas estos bienes propios y también riquezas y honores, quizá no obtengas ni siquiera éstos últimos, por desear también los otros; pero con toda seguridad, no obtendrás los únicos bienes con los que logras tu libertad y felicidad.
Así, ante toda fantasía perturbadora, está presto a decir: "Tú no eres sino una imaginación, y en absoluto eres lo que parece", enseguida examínala con atención y ponla a prueba, para ello sírvete de las relgas que tienes, principalmente de esta primera que es, a saber: de si la cosa que te hace pensar es del número de aquellas que dependen de nosotros o de aquellas que no están en nuestro poder. Di sin titubear: "Esta en nada me atañe"...
Conduce entonces tus miedos y pásalos de las cosas que no dependen de nosotros a las que sí dependen; y en cuanto a los deseos, suprímelos enteramente, por el momento. Pues si tú deseas alguna cosa que no está en nuestro poder, necesariamente estarás fracasado; y en cuanto a las cosas que están en nuestro poder, no estás en estado aún de saber cuál es la que deseas.
Epícteto
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