jueves, octubre 12, 2006

El Iniciado


El iniciado es el que sabe de dónde viene y adónde va.
Aprende a trabajar junto con la Naturaleza y a que el trabajo del hombre no se limite a lograr insertarse en la sociedad o en la vida cotidiana, sino también en la Naturaleza. Buscar exclusivamente la inserción en la sociedad induce al hombre a creer que el objetivo más importante es trabajar por la humanidad, lo cual significa poner a la Naturaleza al servicio del hombre. No se trata tampoco de subyugarlo para ponerlo al servicio de los dioses: hacer al hombre esclavo de las fuerzas del Cosmos es también una actitud errónea. En los períodos de decadencia, es en esta materialización en la que caen las religiones.
Sin embargo, el Antiguo Egipto, a través de la observación de su Geografía Sagrada, nos enseña que el hombre es un puente entre la sociedad y la Naturaleza. El que sabe insertarse al mismo tiempo en la sociedad y en la Naturaleza encontrará su ritmo y sabrá que el objetivo final que el hombre debe alcanzar no es único sino doble: debe, por una parte, trabajar por la humanidad, a fin de abstraerlo de un egoísmo feroz que se exaspera en un antropocentrismo a ultranza, y por otra parte, sentir que forma parte del Universo y que este Universo está inteligentemente animado.
El destino del hombre está ligado con la actividad total del Universo, por ello debe trabajar para la Humanidad y para los dioses, desarrollando esa capacidad de amor universal. Así contribuirá a propagar la Unión, armonizando su servicio a la Humanidad y al Universo.
Fernando Schwarz
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