domingo, noviembre 23, 2008

NO SE TRATA DE PARTIDOS POLÍTICOS SINO DE LA POBRE CONDICIÓN HUMANA EN GENERAL

..."el mismo Kant decía no poder encontrar ninguna intención racional y propia en los hombres y en sus juegos, refiriéndose a 'la marcha absurda de los negocios humanos' y afirmando no poder evitar 'un cierto enojo cuando uno contempla lo que sucede, por acción y por omisión, en el gran teatro del mundo, y que pese a ocasionales asomos de prudencia, al fin se mezclan en todo la necedad, la infantil vanidad, y también no menos infantiles actos de malicia y afán destructivo; de manera que, en conclusión, no sabe uno qué opinar de esta especie nuestra, tan pagada de sus supuestas prendas'.
"[...] Parece como si la humanidad careciese de capacidad para elevarse y redimirse de la miseria moral. En efecto, lo histórico es el infierno, y la historia la resurrección de lo que no debería volver nunca; un espectáculo ruin, en el que los pueblos (perros encadenados que sueñan con la libertad) mueren más pronto bajo las consignas que éstas bajo los pueblos. De esta manera, gobernar, por lo general, no significa sino impedir la justicia, hacer lo menos posible para muchos y lo máximo para muy pocos, y el derecho tampoco es la precondición de la justicia, sino que sierve únicamente para evitarla y prevenirla. Summa sumarum: que no se puede hablar de ética a los que sólo creen en la 'política de las realidades'. Como dicen los chinos, háblale de ideas a un chacinero y creerá que estás hablando de cerdos.Las ideas no son sino las bambalinas del escenario del mundo; en la escena, mientras unos mueren otros ríen entre bastidores. El militarismo es la mística del homicidio, la historia apenas otra cosa sino negocios, la riqueza pocas veces otra cosa sino el residuo de los crímenes, y mientras los unos se desmayan de hambre los otros están hartos antes de sentarse a la mesa. El hecho de que, cuando salgamos de este mundo, como lamentaba Voltaire, hayamos de dejarlo tan necio y mísero como lo encontramos al nacer, parece todavía una idea soportable ante la sospecha de que dentro de dos mil años aún será tan necio y mísero como lo era dos mil años antes de nosotros".
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