martes, noviembre 04, 2008

LA JUVENTUD


[...] cuando los flojos miembros extenuados,
y el espíritu inerme y abatido,
ni a ruda empresa ni a profundo estudio,
sólo a vulgar y a abajo medro
concreta voluntad y acción, ¡el alma!;
entonces, ¡ay! aguardan a esa vida
años oscuros, pobres, infecundos,
seca vejez que ni el consuelo dulce
de altos recuerdos sentirá ni en torno
del lecho estéril a que no llegaron
suaves perfiles de anhelados sueños,
verá alzarse las formas del fantasma
que nos habla de sed y de hambre eternas,
y a que él no codició tirar del pliegue
de la áurea luminosa vestidura,
ni persiguió con ardimiento osado
[...]
Juvendud sin acción es planta mustia
de prematuro estío; ni hojas verdes
abrigarán sus ramas, ni la lumbre
del sol querrá beber con los cohollos.
Desgraciada nación la que en el suelo
ni deseos ardidos ni el esfuerzo
miró en la juventud ruin o viciosa;
desgraciada la madre que a sus pechos
alimentó hijos flacos, cuyas ansias
redujeron a límite cobarde;
muelles garzones que rindió ocio blando,
o ya rudos o avaros mercantes
donde el ideal no alzó su regio alcázar.
[...]
¡Cómo! eres tú, poeta, quien desposa
ese numen que en tu alma se ha albergado,
con infamia soez, con ruin codicia?
y truecas su plumaje de querube
en alas de murciélago asqueroso
de sangre impura y podredumbre ahito?

¡Ay! es peor que la desidia imbécil
el sombrío brillar del fuego fatuo,
reflejo innoble de indebido medro
con que a tan bajos puntos se dirige
lo que Dios creara para fin divino.

FRANCISCO GAVIDIA

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