domingo, julio 06, 2008

La mayor parte de la literatura zen consiste en estas anécdotas, muchas de ellas mucho más enigmáticas que ésta. Su finalidad es siempre precipitar en la mente del que pregunta cierto tipo de súbita conciencia, o poner a prueba la hondura de su penetración. Por ello estas anécdotas no pueden ser explicadas sin echar a perder su efecto. En algunos aspectos son como los chistes que no produden el efecto buscado cuando para que produzcan risa hay que explicarlos. Hay que comprenderlos en seguida o nada.
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